proyección al 2030 considerando las condiciones actuales de la ciudad, la velocidad promedio de un vehículo pasaría de 29,4 km/h a 23.8 km/h. A su vez, el tiempo de traslado en el sistema de transporte público sería en 2030 de 52,3 minutos en promedio, lo que significa, casi 40% más lento que en la actualidad. Para evitar o disminuir las probabilidades que este escenario ocurra, es clave, insisten los especialistas de la FCFM, mejorar el sistema de transporte público. “La única alternativa para disminuir la congestión, y mejorar los índices de calidad de vida de los capitalinos, está asociada a una decisión política que es priorizar el transporte público de superficie en contra de los autos”, enfatiza el Prof. Basso. Otro punto importante, según el académico, es que las empresas de transporte trabajen coordinadas. Si bien el Metro y los buses cuentan con una forma de pago integrada, la tarjeta bip!, esta es la única integración del sistema, explica, haciendo referencia a que esto se debe a que el Metro de Santiago es una asociación anónima pública en cambio los buses del Transantiago pertenecen a empresas privadas. “La interacción solo la ejerce la Coordinación del Transantiago, la que debe lidiar con contratos bastante rígidos con las empresas de buses”, señala el académico. El escenario es muy complejo, explica Basso, porque cuando la Coordinación pide a las empresas del Transantiago que aumenten la frecuencia de buses, “ellos responden que no pueden porque se rigen por un contrato. Esto se transforma en un tira y afloja que termina indemnizando a los privados más de lo necesario”, asegura el experto y hace hincapié en que el centro del problema es la estructura de propiedad, es decir, “las empresas de buses del Transantiago debieran ser públicas”, dice, enfático, el Dr. Basso. Ingeniería: Un actor clave El rol de la ingeniería es fundamental a la hora de referirse a la planificación vial de las ciudades porque permite predecir y evaluar los futuros escenarios. La División de Ingeniería de Transporte del Departamento de Ingeniería Civil de la FCFM ha sido un actor clave en el estudio del crecimiento de la ciudad y del impacto de las políticas asociadas al transporte en Chile. Es así como el Dr. Francisco Martínez, académico de la FCFM, creó el Modelo de Uso del Suelo de Santiago, MUSSA, que permite efectuar una evaluación económica de distintas variables como el desarrollo de la ciudad o la realización de proyectos de transporte. Este sistema hecho en Beauchef ya ha sido utilizado en ciudades como Minneapolis y París, actualmente se trabaja para construir el modelo de Berlín, Alemania y Singapur. Actualmente Martínez junto a los académicos Marcela Munizaga y Cristian Cortés lideran el proyecto Fondef: “Herramientas avanzadas para la ciudad del futuro“ que combina áreas como la planificación urbana, el transporte público y los servicios públicos de emergencia. En este último punto participan los académicos Fernando Ordóñez y Daniel Espinoza, de Ingeniería Industrial (DII). A su vez, el académico Sergio Jara, Subdirector del Instituto Milenio Sistemas Complejos de Ingeniería de la FCFM, lidera en la actualidad un proyecto Fondecyt enfocado a mejorar el servicio de transporte considerando variables como el comportamiento de los usuarios, costos y diseño del sistema. Adicionalmente los investigadores de la FCFM participan en instancias de discusión de las políticas nacionales. Es así como los académicos Leonardo Basso y Marcela Munizaga en variadas ocasiones han presentado propuestas de mejoras para el sistema de transporte público, Transantiago, al Ministerio de Transporte. El Dr. Basso, quien preside la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte, integra la Comisión para la Política Nacional de Desarrollo Urbano convocada por el Presidente de la República el 2012 con el objetivo de redactar un informe que funcione como “carta de navegación” para las políticas urbanas del país. 15