El estudiante Francisco Reyes elabora el sistema de programación. Grupo de estudiantes trabaja en el área de comunicación. que complementa el Profesor Claudio Falcón, quien señala que los alumnos se enfrentan al desafío de resolver un problema que no tiene una respuesta única, y que a priori no se conoce. “Tenemos que dejar de darle a los alumnos las cosas hechas. Ellos se deben cuestionar el cómo resolver las interrogantes”, señala Falcón. Por otra parte, los alumnos de Ingeniería Industrial se encargan del área comercial y marketing del proyecto. El lanzamiento del sUCHaI tiene un costo que bordea los 80 mil dólares, financiamiento que será cubierto en parte por la Facultad, el resto serán estos alumnos los que ayudarán a recaudar. En tanto, los estudiantes de Física se encuentran diseñando algunos de los experimentos científicos que irán a bordo del SUCHAI, específicamente los vinculados a fluctuaciones de gravedad y equilibrio. Las limitaciones de energía que tiene el satélite, plantean el desafío de coordinar cada movimiento que hará. “El SUCHAI tendrá que identificar cuándo y cómo encender cada experimento, y para ello requiere que sus movimientos sean inteligentes y en eso estamos trabajando“, comenta Díaz. El satélite a pesar de su pequeño tamaño, el Cubesat es una gran herramienta para el quehacer científico y pedagógico, así lo señala el académico Marcos Díaz: “Desde nuestras distintas disciplinas vemos este satélite como un vehículo para desarrollar y para aportar en el aprendizaje de nuestros alumnos. Lo más relevante del proyecto es que permitirá empezar a dejar el know how en el país, en la universidad y en los propios estudiantes, extendiendo así los aportes realizados hasta ahora por las iniciativas anteriores”. Las distintas etapas en la construcción y lanzamiento del Cubesat requieren de desarrollos científicos e ingenieriles de diferentes áreas. Mientras los estudiantes de Ingeniería Eléctrica se ocupan de áreas como comunicaciones, energía y procesamiento de datos, los alumnos de Ingeniería Mecánica se encargan del desarrollo de las partes móviles del satélite, como el mecanismo de despliegue de cámara y antenas, junto con desarrollar alternativas más económicas para elementos como las antenas tanto del satélite como de la estación terrena. Lanzamiento Experimentos a bordo El sUCHaI, debido a su pequeño tamaño, presenta desafíos tanto en su construcción como en el diseño de los experimentos que irán a bordo. “Las limitaciones de espacio y peso, han representado también un fuerte reto para los alumnos“, señala el Profesor Marcos Díaz. sin embargo, algunos de estos desafíos científicos ya han sido superados por el equipo de Beauchef: los experimentos que se enviarán al espacio ya están definidos. Estos serán un sensor de plasma (Langmuir probe), destinado a medir la densidad y temperatura del plasma ionosférico, con el fin de estudiar la turbulencia ionosférica; un experimento con un medio granular para estudiar la formación de clústeres en un ambiente de baja gravedad, y experimentarán con prismas, lo que permitirá colaborar en proyectos geodésicos. Uno de los aspectos aún por resolver es cómo y dónde se va a lanzar el satélite al espacio. Existen muchos países que ofrecen este servicio como Japón, India, Estados Unidos y Rusia. “Estamos trabajando en identificar dónde es más conveniente hacerlo”, señala Juan Cristóbal Zagal, quien en 2010 viajó a Ucrania para establecer conversaciones con la agencia Espacial de ese país, quienes estarían en condiciones de realizar el lanzamiento del Cubesat en 2012. “Sin lugar a dudas la etapa más crítica es el lanzamiento porque el éxito depende de variables que no son de responsabilidad del equipo”, cuenta el Prof. Marcos Díaz. sin embargo, según el académico, lo más valioso del proyecto sUCHaI es el aprendizaje que alcanzan los alumnos y que el conocimiento adquirido se queda “en casa”, para reintentos posteriores, en caso de no tener 100% de éxito o para nuevas misiones en caso de cumplir con todos los objetivos. 24