Partiendo desde Santiago
feliz el tata Pinpura,
contento en su aeroplano
de a poco tomando altura.
Aterrizó en Inglaterra
sin saber que en esas tierras
la injusticia se condena
y la impunidad está fuera.
Y se fue a su "cinco estrellas"
a una habitación muy bella,
pa' descansar de su viaje
y así recuperar fuerzas
y durmió junto a Lucía
una confortable siesta.
Después se fué a un restaurante
ya que no había comido;
un garzón llegó al instante
tomándole su pedido.
Después de trajo la cuenta,
y el tata no se dio cuenta
que no había llevado plata
y la injusticia no está en venta.
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Así que lavando platos
envejece en Inglaterra,
algunos quieren que vuelva
y otros que se quede afuera,
pero ya nadie quisiera
que se desapafreciera.
Para de gozar Pinpura,
para de gozar;
te decía la justicia,
el pueblo y la libertad.
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El tata ya ni se mueve,
y el mozo le trae más platos;
ya ni descansar se puede,
ya no se aceptan pilatos.
Quería lavar sus manos,
pero fuerte lo agarraron,
y así paga sus pecados
tal como sus tres hermanos.
Y tanta loza lo espera,
que famoso en Inglaterra,
lo quieren ya pa' que lave
los platos en otras tierras:
en Chile, en Italia, en Suecia
y España, quien más oferta.
Para de gozar ...
... la libertad.
2 de Octubre de 1999
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