Estás ahí como si nada,
como congelada y sonriente,
como dejando tu mirada
de un hilo frágil pendiente.
Deja ya esa sonrisa
como dejas tu pelo suelto,
tu aroma, calma y prisa
y el deseo que dejas dentro.
Y vuelve a las nubes
de donde vienes, del cielo;
de donde nunca acaba el viento,
de donde nunca para el viento.
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Dime si acaso tus alas
son tu aura, tu semblante;
y cuando no quieres nada
vuelas lejos a esconderte.
Di porque vuelas tan cerca,
porque incitas al pecado,
y porque a veces bombeas
mi sangre, y te llamo :
... Ángel ...
26 de Enero de 1999
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