LA ANECDOTA DEL OZONO
Me acerque a la puerta, y di unos golpes en ella.
Sale un segnor de avanzada edad, canoso, con el cegno fruncido,
y me dice :
! Que quiere ..!!!
Le respondo :
Buenas tardes, ando de paso por aca, y vi la cupula de su observatorio,
y pense en pdirle permiso para conocerlo.
EL energico segnor, en la puerta a medio abrir. Yo mojandome mientras
tanto por la lluvia que caia afuera, y atras, una construccion, cilindrica
con una ventana arriba, como un observatorio astronomico. Todo esto
ademas recalcado con una leyenda en el muro : OBSERVATORIO
ASTRONOMICO.
Y el viento y la lluvia se hacen sentir energicamente.
Estoy ocupado, estoy comiendo y no voy a salir !!!, me agrega.
Comienza a cerrar la puerta. Cuando ya casi termina, se detiene,
me mira con algo de compasion quizas, y me dice , ... pero pase, adelante.
Un tanto timidamente, entro a su casa. Una
cocina
enlozada a legna impecable-
mente limpia y muy bien cuidada da calor a la pieza.
Se sirve sopa de pollo, me dice.
Le acepto.
Y empieza
don
Carlos ..
Sabe usted que es la capa de ozono.
Sabe usted la formula del ozono, sabe usted por que se produce
el agujero en la capa de ozono aca en el sur.
Se levanta y dirije hacia
una
pizarra en la pared. Como si
hubiera estado todo preparado para explicarmelo.
Me da lujo de explicaciones. Yo algo sabia de Quimica I de la
Facultad y me sosprendio todo lo que me dijo.
Una hora y medio habra sido el tiempo que duro, sus explicaciones.
Por la radio dijeron que ese dia la barcaza saldria mas temprano.
Estuve un rato mas. Yo debia embarcarme ese dia. Andaba solo
de paso por ese lugar, asi es que debia regresar en el dia al otro
lado del canal.
A lo lejos, a unos cinco kilometros de distancia, la
barcaza hace sonar su bocina.Va a zarpar. Me despido rapidamente,
y corro a todo lo dan mis piernas hacia el embarcadero.
Demasiada distancia. La barcaza
se
fue. Y ahi quede
botado , en la inmensidad de la desolada bahia ....a
mas de
3500
kms de mi tibia casita en Santiago
en un desolado embarcadero, donde apenas habia cinco casas pequegnas y
un galpon de pescadores. Unos nignos me trajeron
una enorme sopaipilla, la que termine devorando.
Se hizo la noche y decidi
quedarme en el galpon. Lugar de donde es esta foto.
Porvenir, Tierra del Fuego, Chile, South America, 1988