Ahí arriba

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Ahí arriba

Yo digo que las montañas tienen palabras,
no las he oído hablar
pero en mi alma estoy seguro,
una en frente de otra
mirando al hombre desde allá arriba.

Yo digo que las montañas si reflejan cristales,
no las he oído llorar,
pero en mi alma estoy seguro.
Sus grandes piedras sagradas
esconden las más hermosas princesas
dueñas de innumerables corazones toquis
de las cálidas tierras del sur,
y sus grietas traen las lágrimas
de las más amables tristezas
que con aguas blancas y sedosas
purifican el cielo azul.
Pero no me digan que las montañas no rugen
porque si que las he oído,
con ofrendas las acallan
y nacen nuevas leyendas.
Los tronadores de la tierra
mantienen su reinado
y pasaran siglos
siendo el sueño de muchos
y el llanto de otros.

Y a pesar de todo
siempre estarán ahí
para la melancolía
de un hombre que las quiere.

 

Cristian M.Urrutia Narváez