INFORMACIÓN RELACIONADA CON LA CREACIÓN DEL
LABORATORIO DE FÍSICA NUCLEAR PURA Y APLICADA

AÑO 1954.  RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE:  JUAN GÓMEZ MILLAS

DECANO: REINALDO HARNECKER     y luego     CARLOS MORI GANNA

DIRECTOR DE LA ESCUELA DE INGENIERIA: JORGE VON BENNEWITZ

escrito por Ana María Császár de Lincoyán González

En abril de 1954 en el ala oriente del actual Departamento de Física funcionaba el Laboratorio de Física de la Escuela de Ingeniería, donde los alumnos de los tres primeros años de las carreras de Ingeniería Civil desarrollaban los experimentos de física que eran diseñados para ellos como parte de su plan de estudios.  El jefe del Laboratorio era Constantino Jacoby, quien también era profesor de Física.  La secretaria recién llegada era Ana María Császár.
A mediados de ese año se produjeron algunos problemas en el manejo del Laboratorio y Constantino Jacoby tuvo que dejar la dirección del Laboratorio.  Fue designado en su reemplazo Arturo Arias Suárez, joven y brillante ingeniero civil egresado en 1947, que dictaba cursos de Mecánica Racional y Mecánica de Fluidos.


Lincoyán Gonzalez y
Ana María Császár

Era la época en que los países desarrollados asignaban gran importancia a la investigación de la física atómica, nuclear y molecular con fines pacíficos.  El rector Juan Gómez Millas, un gran visionario, quiso que Chile no se quedara atrás y junto con el recién elegido decano Carlos Mori encargaron a Arturo Arias la formación e implementación de un laboratorio de física nuclear.  Fue entonces cuando se obtuvo la importante colaboración y patrocinio de la Philips de Holanda (a la sazón, el Gerente General en Chile era don José Ziegler y su agente de contacto con la Universidad de Chile, don Francisco Mendel), a través de la cual se recibió en donación un acelerador de partículas Cockroft-Walton además de una importante cantidad de libros y la suscripción a determinadas revistas con el objeto de formar una biblioteca especializada.  Para la instalación y operación inicial del acelerador de partículas se contó con el significativo apoyo del Dr. Henrik Spaa du Chattel, experto en los temas de radiactividad, quien vino desde Holanda para permanecer durante un poco más de un año en Chile (1955-56) y colaborar en todo lo relacionado con la instalación y puesta en marcha del acelerador de partículas.  En ese período se sentaron las bases del Laboratorio de Física Nuclear Pura y Aplicada, que en lo administrativo pasaría a depender directamente del Decanato y no de la Escuela de Ingeniería, y que unos años después pasó a llamarse Instituto de Física y, finalmente, Departamento de Física.

Para estos efectos, en marzo de 1955 se contrató una bibliotecaria (Anna María Prat) y una encargada de la parte contable (Clara Hitschfeld) que trabajarían en conjunto con la secretaria del Laboratorio de Física.  Arturo Arias se preocupó personalmente de seleccionar el grupo de investigadores que inicialmente darían forma al nuevo Laboratorio.  Los primeros seleccionados fueron Jorge Zamudio, Jaime Escudero y Jacobo Rapaport, todos egresados de la Escuela de Ingeniería, a los que se le asignaron determinadas tareas, entre ellas, implementar las importaciones de equipo, elementos radioactivos y material fungible especializado y organizar la biblioteca y diversas actividades para profundizar el conocimiento de la física nuclear.  Un par de meses después se integrarían Igor Saavedra, Alex Trier y Lincoyán González y más adelante, Patricio Martens, Egbert Hesse, Mallén Gajardo, Juan Cuiza y Patricio Riveros. Este personal fue contratado mediante convenio a honorarios, sin derecho a imposiciones provisionales, y a cada uno de ellos se le asignaron tareas específicas. Luego se unirían a este grupo de ingenieros, Nicolás Mitrofanov (físico ruso), Juan Carlos Martinoya (Ingeniero), Eduardo Schalscha (químico), José Tohá (médico), George Hodgson (médico), Irma Eskuche (bióloga), Patricio Hernández (químico), Harley Davidson (químico), Pedro Bacigalupe (químico), Harold Behrens (Dr. en Química), José Pedro Cordero (físico teórico), Carlos López (físico).  Algunos de ellos provenían de otras facultades de la Universidad de Chile y otros de la Universidad de Concepción.  Más adelante se incorporó el contingente que anteriormente funcionaba en el Instituto Pedagógico: Gabriel Alvial, Nahum Joel, Oscar Wittke, Isabel Garaycochea, Sylvia Toro, Rosa Jiménez, Carmen Escobar, Dafne Boys, Sergio Aburto y también Marco Perreta y Maruja Pieber, estos últimos de la Facultad de Química y Farmacia.  Posteriormente y de regreso de un doctorado en Inglaterra también se incorporaría al Laboratorio de Física Nuclear Pura y Aplicada Enrique Grünbaum.

En paralelo a la selección del personal académico, se ocuparon y ampliaron las instalaciones del subterráneo para complementar los trabajos que se hacían en un pequeño taller mecánico donde se reparaban y acondicionaban los aparatos e instrumentos que ocupaban los alumnos en sus experimentos.  Este taller estaba a cargo de don Mario Sottorff y lo secundaba Sergio D'Apremont y algunos auxiliares que también desempeñaban algunas labores de aseo.  Se aumentó la dotación de este personal y gracias a las donaciones y créditos obtenidos, se compraron tornos, fresas y otras máquinas herramientas con el objeto de confeccionar y reparar piezas, instrumental y herramientas que se usarían en gran parte de las investigaciones que comenzaban a desarrollarse en el área de la física nuclear, sin descuidar el trabajo con alumnos.  Anexo a esto se formó el primer taller de soplado de vidrios, en donde se fabricarían tubos y todo tipo de material de vidrio requerido por las investigaciones.  Se contrató para ello a una persona que había trabajado en Cristalerías Chile, Pablo Jaramillo, y poco después a José Florindo Donoso y a Marcial Vargas.  Ellos mismos se encargarían de adiestrar posteriormente a otros funcionarios en las técnicas del soplado de vidrio y otras labores del taller mecánico.  Se contrató también algún personal técnico egresado de las Escuelas Salesianas La Gratitud Nacional, entre ellos destacó el joven Dirk de Jong, de ascendencia holandesa, lo que le permitió comunicarse en su idioma con el Dr. Spaa, y que se compenetró bastante con las tareas que se le asignaron en la operación del acelerador de partículas.

A fines del año 1956 y comienzos del 57 durante algunas semanas visitaron este centro de investigación durante un corto período, reputados investigadores franceses del Instituto del Radium, Paris: ¿?: M. y Mme Daudel (Raymond y Pascaline) y M. Victor, quienes expusieron diversas investigaciones desarrolladas por ellos en Francia y se invitó a importantes personalidades de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile a participar e intercambiar ideas y trabajos dentro del marco de las actividades programadas con los franceses.

A poco de que el Dr. Spaa regresara a Holanda, el Dr. Manov del Programa de los EE.UU. “Átomos para la Paz” visitó nuestras instalaciones durante algunas semanas.  Poco después llegó el continuador del Dr. Spaa, el Dr. J.J. Van Loef quien permaneció en Santiago durante cuatro años.

Otro dato: A comienzos de 1957 hubo cambio de mando: Arturo Arias renunció a la dirección del Laboratorio de Física Nuclear Pura y Aplicada para asumir la dirección del IDIEM.   Tomó su lugar Juan Carlos Martinoya Raggio.