Tecnologías de Pago



Muchas son las ventajas que se pueden obtener mediante la instalación de tecnologías de pago en el sistema de transporte público de una ciudad. Para las empresas que otorgan el servicio existen tecnologías que permiten controlar sus ingresos, el cumplimiento del horario por parte de los choferes y la cantidad de gente transportada. Este tipo de información puede ser utilizada a su vez por el Gobierno para definir o planificar los sistemas de transporte, puesto que puede obtener cuánta gente viaja de una zona a otra, así como el tipo de usuario (por ejemplo, si es estudiante).

Por otro lado, si se trata de lograr un transporte público más seguro y eficiente, debe buscarse alternativas de pago que permitan que el chofer se preocupe sólo de la conducción del bus y no del cobro del boleto. Así se agiliza el ascenso de pasajeros y se imposibilita la evasión de ingresos por parte de los choferes. Con esto es posible reconocer tecnologías de pago que significan ventajas para los usuarios en términos de flexibilidad y confort.

En el mundo existen diversas formas de pagar la tarifa de transporte público, asociadas a diversas tecnologías. Sin embargo, la forma usual es por medio de boletos muy similares al boleto que en nuestro país se utiliza en el metro. A continuación se describirá distintas formas de pago existentes en variados países.

Una de las formas más comunes de pago en Europa es a través de un boleto integrado, es decir, se puede utilizar el mismo boleto en todos los medios de transporte público presentes en una determinada ciudad (bus, metro, tranvía, tramway, trenes de cercanías, S-Bahn) bajo ciertas restricciones. Esto último tiene que ver con restricciones zonales y temporales. Es común que la ciudad sea dividida en zonas, generalmente concéntricas, y la tarifa es mayor mientras más zonas abarca, así por ejemplo uno puede adquirir un boleto para las zonas céntricas de la ciudad o bien uno que además permita llegar a los suburbios, siendo más caro este último. Por otro lado, las restricciones temporales tienen que ver con una variación que pueda experimentar la tarifa durante el día, siendo más caro en aquellas horas en que la demanda es mayor (horas punta).

Existen boletos similares al boleto valor del metro, el cual puede ser utilizado en más de una ocasión. La forma de operación común en Europa es que los usuarios de transporte público poseen una tarjeta que los identifica (como la Carte Orange de París) en la cual aparece el nombre y foto del usuario, y va acompañada de un número que debe ser anotado en el boleto para hacerlo válido. De esta forma se asegura el uso personal del boleto, siendo sancionado cualquier uso indebido. Hay boletos semanales y mensuales, e incluso anuales (como la Carte Intégrale de París) que permiten cuantos viajes uno quiera realizar en transporte público durante la vigencia del boleto.

Figura 1: La "Fórmula 1" es un ticket de duración diaria que permite utilizar todo el sistema de transporte público de París cuantas veces se quiera hasta en 3 zonas, es decir, hasta los suburbios (Banlieue).

 

Figura 2: La Carte Orange y la Carte Intégral. Ejemplos de formas de pago de la región parisina.

 

En los buses existen máquinas (más de una por bus) en las cuales se puede validar o compostar el boleto, es decir, se inserta y queda registrado la línea del bus y la hora de la validación. Dependiendo de la ciudad es el uso que se le da al boleto ya validado. Por ejemplo, en algunos lugares el boleto sólo sirve para un solo viaje. En cambio en otros lugares, el boleto sirve por un determinado tiempo, normalmente una hora, pudiendo utilizarse en distintas líneas de buses durante su rango de validez.

En ciudades pequeñas de Europa, el boleto puede ser adquirido con el mismo chofer del bus. Sin embargo, en general, en cada paradero existen dispensadores automáticos de boletos. En ocasiones resulta más barato comprar el boleto en estos dispensadores o en kioscos que directamente con el chofer.

Figura 3: Tarjetas sin contacto

Otra forma de cancelar el pasaje es a través de tarjetas magnéticas de prepago, que pueden ser adquiridas en boleterías o dispensadores automáticos. Estas tarjetas son leídas en máquinas cobradoras ubicadas al interior de los buses. Estas tarjetas pueden ser insertadas en los cobradores (como las tarjetas de teléfonos públicos) o bien ser leídas por el cobrador sin contacto directo, mediante un visor (Ver Figura 3, ejemplo de tarjetas sin contacto). En algunos lugares, por ejemplo en algunas ciudades de Argentina como Bariloche, se suben inspectores con máquinas especiales con las cuales es posible recargar la tarjeta.

La tarjeta sin contacto, basada en una moderna tecnología, permite efectuar transacciones de pago e identificación en forma limpia y rápida. Se puede utilizar, por ejemplo, para identificar a un estudiante determinando el tipo de tarifa y cancelando la misma automáticamente, sin la necesidad de operar desde la consola del chofer (situación implementada en algunas líneas de buses de Santiago); identificación del conductor para inicio de turno y obtención de reportes; identificación del inspector para las actividades de supervisión y control. Cabe destacar que este tipo de tecnología aparece como la más eficiente y rápida dentro de las que se aplican en el mundo actualmente.

Otra forma de pagar la tarifa del bus es mediante cobradores automáticos con monedas como los que se instalaron en Santiago. La forma de operar es la siguiente:

El gabinete recibe las monedas, entrega el boleto y el vuelto. Algunos poseen lectores de tarjetas sin contacto. Tienen en su interior tecnología multitarea que permite administrar y controlar las distintas operaciones del cobrador. La consola del chofer permite controlar el cobrador y el torniquete, identificar la tarifa a cobrar, anular pagos, etc. El torniquete permite controlar el acceso al bus, es operado automáticamente por el cobrador, se puede abatir el brazo superior en caso de emergencia.

 

Figura 4: Sistema de Cobrador automático como los instalados en los buses de Santiago. Gabinete, consola y torniquete.

 

En ciudades como Curitiba en Brasil, existen corredores de transporte público en los cuales se tiene que pagar previamente la tarifa para ingresar al paradero del bus, el cual se encuentra encerrado y posee acceso con torniquete como los del metro.

Por otro lado, existe tecnología que permite la programación de los cobradores o máquinas validadoras de boletos y la administración de los datos estadísticos y de contabilidad de la línea. Con solo extraer los datos del cobrador por medio de una tarjeta conectada al PC, el software permite emitir todos los informes necesarios para una buena gestión administrativa y contable. Estos informes son totalmente configurables a la necesidad y costumbres de cada empresa.

Figura 5: Software de un sistema de Control

A pesar de que existe supervisión constante, muchas de las tecnologías de pago existentes en el mundo se basan en la confianza de que el usuario no pretende engañar al sistema. Este es un problema cuando se piensa en las tecnologías que son aplicables a una realidad como la nuestra. Por otro lado, se debe considerar que dada la estructura de mercado del transporte público en nuestro país, se vuelve difícil uniformizar el sistema e implementar formas de pago integradas. Sin embargo, tecnologías hay muchas, así que se puede aprovechar la experiencia de otros países y así buscar cuál es la forma que mejor se adapte a nuestra realidad y que cumpla con el objetivo de lograr un transporte público más eficiente.




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