El Mercurio, 27 de junio, 2007

Señor Director:

En las últimas semanas la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile definió tomarse las dependencias de la Casa Central. El motivo: acabar con las desigualdades sociales que se reproducen al interior de nuestra casa de estudios y abrir el conocimiento que ésta produce a todos los chilenos y chilenas. Desigualdades que se traducen en problemas concretos como el endeudamiento, la inequidad en el acceso y una calidad educativa condicionada a los ingresos económicos de las facultades.

¿De qué sirve plantear con energía que se requiere un nuevo trato con el Estado si en nuestra propia Universidad se lucra con las dificultades económicas de los estudiantes, y cuando el conocimiento que produce no se coloca al servicio de las necesidades del país? Creemos que bajo el discurso de un "nuevo trato con el Estado", la rectoría avanzaba en convertir a la Chile en una pequeña universidad de excelencia, sin las trabas burocráticas que tiene hoy dado su carácter estatal, abandonando su carácter público, diverso y con vocación nacional; apostando a una educación preferentemente de posgrado y captando a los estudiantes de los quintiles más ricos de la población, renunciando, así, a ser formadores de los profesionales de sectores plurales de la sociedad chilena.

Frente a esta situación, hoy podemos decir con certeza que la movilización puso este conflicto en la agenda pública, y que el encuentro universitario que se realizará el segundo semestre abrirá la discusión en toda la comunidad de nuestra casa de estudios para que sea ésta la que defina el proyecto de la Universidad de Chile. Es por esto que el esfuerzo del movimiento estudiantil hacia el futuro debe estar enfocado primordialmente en construir entre todos un proyecto de universidad pública que responda a las necesidades de las grandes mayorías del país. Debemos ser capaces de proponer, como comunidad universitaria, una salida para resolver la crisis y el deterioro de la docencia, investigación e infraestructura de las universidades estatales y la desvinculación del Estado con la educación superior pública.

¿Qué ganamos en concreto? Desde hoy a los estudiantes sin capacidad de pago se les condonarán todos los intereses acumulados en sus deudas, y estarán resguardados frente a alzas arancelarias. Además, los estudiantes que hayan ingresado desde el 2006 en adelante recibirán cobertura crediticia completa -del arancel real-, en iguales condiciones a las del Fondo Solidario. Habrá una evaluación docente vinculante y evitaremos que académicos de reconocido prestigio y muy relevantes para el pregrado abandonen nuestra casa de estudios. Se establecerá que los estudiantes de colegios municipales y subvencionados entren a la universidad con un sistema complementario a la PSU, que disminuya la inequidad en las condiciones de ingreso, y para el segundo semestre sostendremos un encuentro universitario, donde toda la comunidad definirá el horizonte estratégico de la Chile.

Esta es la forma en que, en democracia, se realiza un nuevo trato con el Estado, y es a partir de esta movilización que podemos decir con certeza que, efectivamente, "la calidad es equidad".

GIORGIO BOCCARDO
Presidente FECH