La Nación, 2 de julio 2007

Senado de la Universidad de Chile rinde cuenta pública

Rodrigo Alvarado

Hoy se cumple un año desde la creación del Senado Universitario de la Universidad de Chile y el nuevo estatuto lo celebrará con la rendición de una cuenta pública de su gestión normativa, cuya misión ha sido preguntarse por las decisiones de la institución académica e incluso definir cuántos años tiene la Universidad de Chile, fechada hace 164 años como tal, pero que desde 1758 que imparte clases como Universidad de San Felipe.

"Cuando Lucía Godoy Alcayaga pasó a llamarse Gabriela Mistral algo cambió, pero la continuidad de su persona no. Queremos mostrar, una nueva forma de gobierno con prácticas transparentes como una cuenta pública, pero también una nueva forma de entender nuestra historia", explica Miguel Orellana Benado, académico de la Facultad de Derecho y uno de los 27 senadores, electos por académicos (18), estudiantes (7) y por funcionarios (2).

El Senado Universitario tiene, entre otras facultades, pedir la remoción del Rector y aprobar el presupuesto de la Universidad y según Orellana está conectado con la democratización de la institución.

"Los mal pensados dicen que al reemplazarse la designación por la elección, los rectores se encontraron con la legislación dictatorial y la legitimación democrática, un poder infinitamente mayor. Pero ahora tenemos el Senado, otro poder grande y si nos va bien, esta nueva forma de gobierno debería ser de gran interés para las otras universidades públicas".

A pesar de lo reciente de su creación el estatuto ya anotó un gol en su primer año. Fue hace algunas semanas, cuando se opuso a la exigencia de la personería jurídica propia que hizo el Gobierno a las instituciones postulantes a los 200 millones de dólares para la innovación tecnológica.

"Luego el Consejo de Rectores decidió no avalarlo con su firma y el gobierno retiró la exigencia, que significaba la castración de las universidades de investigación, que son tres. Pero fue un bien para el sistema universitario, incluidas las privadas, porque no se miró el problema como 'para que yo gane, tu tienes que perder', actuamos sin esa lógica del cogoteo que nos degrada tanto como país".

-¿Y en este repensarse como institución, aparece el tema de la gratuidad en la institución?

-No, eso sería muy odioso, porque la Universidad de Chile no está en todo el país. Pero nos parece muy importante que el país recuerde que cuando era incomparablemente más pobre que hoy, ofreció educación a sus hijos sin preguntarles si tenían plata. Hoy se evalúa la capacidad de pago, como un bien, pero la educación es la condición para producir bienes y servicios, no una mercadería.