Carta Nº 43/2007

Santiago, 15 de Junio de 2007.


Señora
Vivian Heyl Ch.
Presidenta
CONICYT
PRESENTE.


Re. Concurso de Financiamiento Basal para Centros Científico-Tecnológicos de Excelencia.


Estimada Señora Presidenta,

Por instrucciones del Señor Rector y el Consejo Universitario de la Universidad de Chile, le hago llegar las observaciones y preocupaciones que han surgido en la Universidad de Chile frente al Concurso “Financiamiento Basal para Centros Científico-Tecnológicos de Excelencia” que CONICYT estaría llamando en los próximos días. Basamos nuestro análisis sobre este Concurso en el texto del Decreto Supremo Nº 104 del Ministerio de Educación que con fecha 29 de Enero de 2007, reglamenta el uso de los $ 9.070 millones de pesos asignados a este ítem en el Presupuesto de la Nación y en la información divulgada por CONICYT en su página WEB.

La posición de la Universidad de Chile en este tema ha sido también discutida y consultada con Directores de numerosos Centros de Excelencia que existen al interior de nuestra Universidad.


  1. Falta de consulta. Las Universidades Chilenas son responsables de más del 80% de la investigación científica-tecnológica del país y son los principales socios con los que el sector productivo nacional puede contar para impulsar la innovación de los productos y servicios con los que Chile compite en el mercado mundial.

La Universidad de Chile es la Institución que lidera en todos los parámetros de investigación e innovación. Esta Institución ha generado en su seno el mayor número de Centros de Excelencia en Investigación Científica-Tecnológica. Por ejemplo, 4 de los 7 Centros FONDAP y 3 de los 5 Institutos Milenios tienen su sede en la Universidad de Chile.


A pesar de esta realidad, ni esta Universidad ni las otras Universidades que aportan a la investigación, han sido convocadas a participar institucionalmente en la generación de los planteamientos y definiciones que ha hecho el Consejo Nacional del Fondo para la Innovación. Específicamente, nuestra opinión no fue consultada en la asignación para el mecanismo de Financiamiento Basal para Centros Científico-Tecnológicos de Excelencia que constituyó el principal incremento del presupuesto de CONICYT el año 2007 con fondos derivados del Royalty minero. La Universidad de Chile junto con la comunidad científica ha expresado repetidamente la urgente necesidad y prioridad para el incremento de los Concursos Regular y de Iniciación de FONDECYT, el aumento en el número de Becas de Postgrado en el país, el fortalecimiento de las ciencias sociales y humanidades y la renovación del instrumental científico necesario para hacer investigación científica moderna.


Esta y otras Universidades tampoco han sido consultadas por CONICYT en la designación del Consejo Directivo para el Financiamiento Basal o con respecto a los lineamientos de sus bases o procedimientos.


  1. Vaguedad del Concurso y compromiso de cuantioso financiamiento a largo plazo. Un aspecto que preocupa a la comunidad universitaria y académica es que el llamado a Concurso es amplio y los requisitos que se especifican para los grupos o centros que pueden concursar dan mucha latitud. Esta vaguedad le otorga mucha discrecionalidad al Consejo Directivo de este instrumento que tendría una difícil tarea de definir cuales propuestas estarían dentro o fuera de las bases.


Un segundo aspecto que nos preocupa es que en este Concurso se definiría un compromiso de financiamiento a largo plazo por parte del Estado. Ese compromiso por 5 años prorrogable hasta 10 años podría alcanzar cifras de US$ 180 millones para los 10 años. Pensamos que una inversión de esta magnitud sólo debería comprometerse con objetivos mucho más claros y con mecanismos que hayan demostrado su funcionalidad y eficiencia.


  1. Excelencia y evaluación. Se nos ha dicho que el término “Basal” que caracteriza a este mecanismo implica que no se solicitará que las postulaciones se basen en proyectos específicos de investigación, cuya validez, rigurosidad y futura relevancia podría ser evaluada.

En lugar de esto se solicitarán Programas de Desarrollo en los que los grupos de excelencia proponen actividades incrementales en recursos humanos, infraestructura y divulgación.


La no inclusión de proyectos de investigación implica que la “excelencia”, que en teoría definiría a estos Centros, va a depender exclusivamente en logros del pasado. Esto en ciencia es muy peligroso dada la vertiginosa velocidad con que se avanza en ideas, paradigmas y metodologías. Todos conocemos a grupos que hace 10 años estaban en la frontera del conocimiento y que ahora han perdido su vigencia.


Relacionada con esta preocupación está el tema de la evaluación de las propuestas que entendemos sería encargada a expertos extranjeros. Pensamos que los expertos extranjeros pueden ser muy útiles en la evaluación de proyectos de investigación pues pueden opinar con mucha propiedad sobre la solidez de la ciencia y lo adecuado de las metodologías propuestas. Sin embargo, una mirada exclusivamente extranjera no parece válida para evaluar Programas de Desarrollo que constituirán la base de estas propuestas. El análisis crítico de Programas de Desarrollo requiere un profundo conocimiento del medio chileno, sus realidades, sus instituciones y factores limitantes. Es difícil que expertos extranjeros tengan ese nivel de conocimiento de la realidad local. Por esa razón pensamos que sería muy recomendable que la evaluación fuera hecha por una comisión mixta de chilenos y extranjeros.


  1. Personería jurídica independiente. La Universidad de Chile objeta e impugnará el requerimiento de este Concurso de que las Universidades que presentan sus grupos al Concurso debieran gestionar en un plazo de dos años personería jurídica independiente a los grupos de investigadores pertenecientes a la Universidad que se adjudiquen el financiamiento de este mecanismo.

Consideramos que esa exigencia es una intromisión en la autonomía universitaria que consagra a estas Instituciones el derecho básico de definir su estructura interior.


Además, las Universidades que han generado Centros de Excelencia en Investigación Científica-Tecnológica, merecen todo el respeto y confianza por parte del Estado. Nos parece injustificado e incongruente pedir el patrocinio y respaldo a las Instituciones que crearon los Centros mientras al mismo tiempo se exige que esas mismas Universidades separen a estos Centros de la tuición institucional.

Esperamos que estas observaciones sean tomadas en cuenta por CONICYT en el llamado que haría para este Concurso.


Atentamente,





Dr. Jorge E. Allende Rivera

Vicerrector de Investigación y Desarrollo





c.c. Señora Ministra de Educación

Señor Rector y Comité Directivo, Universidad de Chile

Señor Director Ejecutivo PBCT, CONICYT